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La Fuerza de la Fragilidad
por María Carolina Baulo

para Sculpture. A publication of the international scupture center.

 

Maria Carolina Baulo: Tus trabajos tienen como base fundamental distintos tipos de papeles. Cartas, mapas, partituras musicales, fotografías se convierten en papel plegado, pegado, cortado, rasgado, calado, intervenido con otras materialidades, sustancias y pigmentos. Desde los inicios de tu obra aparece este romance con el papel; tomando como ejemplo la serie de los Objetos (2013-2019), me gustaría que nos hablaras de esta elección. Además en estos trabajos aparecen la materia orgánica y las cúpulas de cristal, entre otros.

 

LD: Desde hace tiempo elijo el papel para materializar mis obras porque, para mí, no es un simple soporte mudo, posee un sentido propio e incide de manera determinante sobre la significación de aquello que produzco con él. Esto sucede cuando encuentro revelaciones al explorar y experimentar sus infinitas variables, cuando utilizo los secretos de sus texturas, impresiones, gramajes y tramas para dar sensaciones de transparencia, sustento y fragilidad así como cuando descubro sus posibilidades volumétricas y lo utilizo para recrear la naturaleza con acciones que no le son propias, como invadir el espacio de la tridimensión. Recurro para producir mi obra a antiguas fotografías y cartas familiares, mapas libros y partituras heredados o hallados, así como cualquier otro elemento realizado en papel que pueda servirme para darle vida nuevamente, resinificándolo. En la serie de los objetos que mencionas, las flores y plantas, ya sea ejecutadas con ‌partituras,‌ ‌hojas de libros ‌en‌ ‌idiomas‌ a veces ‌incomprensibles, o mapas antiguos conviven muchas veces con pájaros, mariposas y libélulas, también de papel, relacionándose poéticamente. Al disponer estos pequeños jardines bajo las cúpulas pretendo señalar, dentro de esta especial atmósfera, lo efímero y vulnerable, la fragilidad del medio ambiente.

MCB: Las Cartografías (2011-2012) -una serie anterior a los Objetos- incorporan la técnica del collage: fotografía intervenida, lápices de colores, grafito, acuarelas, todo sobre papel calado. Y hoy, una década más tarde, algunas de tus obras, por ejemplo, se construyen directamente sobre la materialidad de la hoja del mapa.

 

LD: Inspirada por los versos de J.L. Borges: “Y la ciudad, ahora, es como un plano, de mis humillaciones y fracasos… No nos une el amor sino el espanto. Será por eso que la quiero tanto...” surge la serie De la Misteriosa Buenos Aires. En estos trabajos, el plano de la ciudad, el calado asume otra dimensión generando una geografía diferente donde la luz y las sombras son protagonistas, una cartografía transformada en laberinto que invita al espectador a perderse en la maraña de grafito o quizás descubrir las muchas ciudades que alberga la ciudad. Titulando las obras con músicas o poesías que hablan de Buenos Aires, a manera de tal vez, declarar el amor y el tormento cuando en ella se vive y transita; haciendo notoria la soledad y la nostalgia como cualidades de lo urbano. Encuentro en las fotografías geográficas satelitales el material y soporte ideal para recrear la serie de las Mariposas Argentinas, las cuales voy liberando por medio del calado, para que “vuelen”, describiendo un paisaje sensible que se desplaza, llevando consigo parte del territorio, una geografía móvil que deja tras de sí las huellas de su éxodo en el mapa, revelando por un lado el carácter migratorio de algunas especies de mariposas con fines reproductivos, así como también haciendo foco, mediante las siluetas faltantes o huecos, de las que se encuentran en peligro de extinción. La comunidad de las lepidópteras se halla hoy amenazada, no solo por el afán coleccionista del hombre sino, las más de las veces, por la desaparición de la flora autóctona, la deforestación desmedida, el recurso a pesticidas, la implantación de flora exótica y la polución atmosférica. Diez años más tarde, en la serie Árboles Nativos vuelvo al tema recurrente de la naturaleza en riesgo y utilizo reproducciones de antiguos mapas, ya sea de Patagonia, de la llanura pampeana, etc., como soporte para las especies arbóreas oriundas de cada zona. Sabiendo que estas especies ya estaban allí, desde un principio, cuando estas cartografías fueron realizadas, pretendo focalizar la mirada en la preservación y salvaguarda de lo originario de cada región. Pienso que, productos de la biodiversidad, el hombre y su cultura, tienen la obligación de respetar y proteger la existencia de todas las especies de flora y fauna, garantizando así el equilibrio del ecosistema y su propio bienestar futuro.

MCB: Hay temáticas que se sostienen a lo largo de toda tu obra a través de tiempo, así como la elección del papel como la voz que lidera el discurso plástico. Ya hablamos de los mapas anteriormente y ahora me detengo en la naturaleza, los relatos escritos y los musicales. La serie de los Cuentos (2008-2019) vincula al papel con cierto contexto lúdico combinado con lo literario, escenas en bajo relieve con marcados guiños y alusiones a la literatura universal. Contanos sobre esta serie y especialmente sobre los atriles que conforman verdaderas instalaciones cuando se despliegan en el espacio.

 

LD: En la serie de los cuentos vuelvo a recordarlos, repetidos al infinito por madre y abuelas. Rescato antiguos personajes, caperucitas, princesas y otros, para contar nuevas historias con aquello que alimentó la imaginación de mi infancia. Considero estos relatos son mi primer acercamiento a la literatura la cual me acompaña desde ese momento, lecturas, que no son ajenas a mi obra y utilizo como estrategia de producción, en el momento de pensar la imagen o titularla. Por otro lado en los Atriles, un jardín de papel crece, trepa y se entrelaza sobre la superficie de la partitura, venciendo la planimetría del soporte. Las flores rasgan el papel, asoman por las esquinas, bailan solas o en grupos, parecen oír la música para ellas creada. Estos atriles se expanden por el espacio circundante invitando al observador a rodearlos; utilizo para realizarlos antiguas partituras, procurando otorgar con ello, una “musicalidad” diferente, visual.

MCB: Y si seguimos hablando de salir del plano, la serie de los Bosques (2015-2019) da un paso más allá, no necesariamente penetrando en el espacio del espectador sino generando un espacio interno de mayor profundidad; capa sobre capa, la trama que genera el calado permite que la mirada penetre en el espacio de la obra. Quizás podemos establecer aquí un vínculo con esos objetos mencionados al principio para que nos cuentes de qué maneras distintas se comunica tu obra con el espacio: el interno de la pieza y el entorno que transita el espectador.

 

LD: Desde siempre los bosques han ejercido una especial atracción sobre mí, son el hogar de los cuentos de hadas, llenos de carga alegórica. En ellos hay peligros y encantos, poblados de bandidos legendarios, brujas, lobos feroces y todo tipo de personajes imaginarios. Estos bosques están llenos de eventualidades, poseen los secretos de la naturaleza, atravesarlos representa el viaje simbólico de transcurrir la niñez, el llegar a la otra “orilla” simboliza haber superado la prueba, llegar a la adultez. En mis bosques muchas veces coloco fondos oscuros, tenebrosos, que ubican al espectador en el umbral y lo incitan a atravesarlos, a penetrar con la mirada el espacio interno de la obra, a encontrarse con lo desconocido. A diferencia de estos, los atriles se apoderan del entorno, el espacio que los rodea forma parte de la obra misma. Invitan al disfrute de circundarlos, a sentir la música. En este caso el observador no se posiciona delante de la obra como en los bosques, sino en su espacio interno.

MCB: Quisiera detenerme especialmente en la serie Papeles Amate (2020). Es formidable cómo se sintetiza la figuración antes tan marcada y distintiva, al punto de llevar la serie en sí, el nombre del tipo de papel que actúa como soporte; es la propia materialidad el tema. Esta serie pone en evidencia una factura más violenta, donde el vacio se hace presente de manera contundente, la falta, la rasgadura que se convierte en surco y se abre de una vez y para siempre en medio de un material sensible. Contanos más sobre el proceso de estas obras.

 

LD: Ya desde hace algunos años, a partir de un viaje que realicé a México, encuentro en el papel de amate un elemento especialmente propicio para realizar mis bosques, arboles y raíces ya que éste parece tener la esencia, el “alma” de los mismos. Este papel tiene su origen en la Mesoamérica Prehispánica y se utilizaba para la elaboración de códices y ceremonias rituales religiosas y sagradas. En el día de hoy se sigue fabricando de manera artesanal con la corteza de ciertos árboles. En las obras actuales de Amate, mi procedimiento de trabajo comienza sin una idea preconcebida, dejo que sea el material el que me indique el camino a seguir. Para ello, primero observo detenidamente el área a trabajar, luego calo o simplemente rasgo su superficie generando surcos donde se ve más porosa y delgada; más tarde con lápices, sanguinas, pasteles y carbones, llevo mis trazos sobre sus relieves, concavidades y sinuosidades, resaltando sus notoriedades, remarcando sus particularidades, procurando de esta manera revelar sus secretos

MCB: No quisiera dejar de ahondar en la parte conceptual de tu trabajo en general y aprovecho para preguntarte ¿cuánto pesa el concepto, la idea en tu obra?

 

LD: Creo en la frase de Federico Peralta Ramos “el arte es hacer reír y pensar a la gente”. Me interesa producir no solo el disfrute visual de la obra, el goce estético, lúdico, sino también sensibilizar al espectador, generarle una inquietud sobre ciertos temas que quiero señalar. Pretendo llevar la atención del observador más allá de las obras expuestas, a veces con ironía o humor, intentando generar una mirada reflexiva frente a lo que ve. En mi obra, el concepto o la idea son inherentes al proceso creativo, van de la mano, están presentes desde la gestación misma de los trabajos. En muchos casos, es la materialidad del objeto mismo, en mi caso el papel, el que interroga la idea que tenemos de él.

 

MCB: Mencionamos el tema del espacio en preguntas anteriores, sin embargo me gustaría ahondar más en este punto y saber cuánto pesa el espacio donde van a ser montados tus trabajos en términos de recorrido, circulación, poder girar en torno a algunas piezas o detenerse en ellas para abordar cada micro mundo

 

LD: Considero que el espacio en que los objetos se presentan juega un rol determinante en la dinámica de las obras. En algunas de estas piezas, de la serie de los Objetos, es fundamental poder rodearlas, circundarlas, por lo cual el espacio donde se presentan juega un papel decisivo, se apropian de este como un material suyo, algunos de ellos montados en bases, las cúpulas, otros sostenidos por sí solos o los atriles. Por otro lado ciertos trabajos, de la serie de Territorios en Aislamiento, deben ser vistos desde una visión espacial, cenital. En estas obras, pretendo poner al espectador en una distancia superior y de vigilancia, como de un observador intruso de estos micro-mundos.

 

MCB: Una serie más que interesante es Territorios en Aislamiento (2020), nacida a partir de una etapa de confinamiento y aislamiento social a nivel mundial debido a la pandemia del Covid19, la cual transitamos al momento de concluir esta Conversación. Es muy curioso cómo nace este trabajo materialmente porque aparecen aquí “condimentos” nuevos, impensados en otro contexto. Contanos sobre el proceso creativo de este trabajo, el cual de alguna manera también se vincula con la serie de los Papeles Amate; sería interesante conocer el paso a paso.

 

LD: En una primera etapa de la actual situación global de aislamiento por la pandemia del Covid19, sometí a mis papeles artesanales a rituales de purificación higiénica con una dilución de lavandina en agua; ese mismo ritual, al cual sometemos a todas o casi todas las superficies que nos rodean, incluida nuestra piel. Este proceso ocasionó erosión y deterioro en el papel, se produjeron erupciones, hendiduras, decoloraciones a partir de los daños o quizás descubrimientos en la superficie “cutánea” del papel; de esta manera surge el soporte de mis primeros territorios en aislamiento. En una segunda fase de cuarentena, habiendo terminado con mi reserva de materia prima me vi imposibilitada de abastecerme con normalidad. Tuve que adaptarme a seguir produciendo con los escasos recursos disponibles como son simplemente el papel blanco y un lápiz; nacen entonces los Territorios Blancos. Esta experiencia arqueológica de develar los secretos del papel sin más herramienta que la sensibilidad de mi lápiz, me hace descubrir un otro espacio, quizás un territorio “heterotópico” que posee ciertas características, según palabras de Michel Foucalt: “ un espacio poblado de calidades, en un espacio poblado quizás por fantasmas: el espacio de nuestras percepciones primarias, el de nuestros sueños , calidades que se dirían intrínsecas; espacio leve, etéreo, transparente como oscuro, cavernario, atestado; un espacio de alturas, de cumbres, o por el contrario un espacio de simas…” Experiencia traducida en cartografías, mapas, como objetos de representación del territorio imaginado, del espacio ilusorio revelado, son inherentes al papel mismo, las cuales pongo al descubiert, superando su carácter planimétrico. Reales y aparentes volúmenes texturados, abismos e imaginarias construcciones son aislados en cajas vidriadas, conteniendo porciones de estos territorios. Se vislumbra igualmente una continuidad entre los fragmentos como partes de un todo. De esta manera pretendo poner al espectador en una distancia de cautela, una visión aérea, a vuelo de pájaro, sin paradigmas ópticos de perspectiva lineal que flota a salvo de estos territorios en aislamiento.

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Inner Space: A Conversation with Laura Dalton
by María Carolina Baulo - Friday, December 17, 2021

 

Laura Dalton has had a love affair with paper for decades. A meticulous, obsessive, and patient artist, she
constantly seeks new ways to rework her material, which ranges from maps, sheet music, photographs, and book pages to traditional bark paper and ordinary white sheets. Sometimes she creates objects and
installations that project out into space, and sometimes her manipulations pierce the two-dimensional
plane, generating layers of depth and producing a sort of inverted low relief governed by the interaction
of light and shadow. Nature, observed and reimagined, manifests itself in many of Dalton’s works,
echoing the flora and fauna of her garden. Under cover of glass, the fragility of the paper stands out,
along with its strength and endurance.

 

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